El 1% de los españoles son intolerantes al gluten, y de este grupo, más de 100.000 no saben que lo son, según ha afirmado el fundador y experto en digestivo del Centro Médico-Quirúrgico de Enfermedades Digestivas (CMED), el doctor Gonzalo Guerra Flecha, que ha añadido que, según las últimas estimaciones, hay en nuestro país unos 4 millones de personas sensibles al gluten, de las cuales el 90% también estarían sin diagnosticar.
“El problema está en que en un primer momento, los múltiples síntomas que presenta la enfermedad pueden dificultar el diagnóstico definitivo”, asegura el doctor Guerra. Por ello, a los pacientes que presentan síntomas de intolerancia o sensibilidad al gluten, se les debe prescribir una analítica de sangre en la que se analicen los anticuerpos antitransglutaminasa, antigliadina y antiendomisio. La analítica, no obstante, no basta para excluir la intolerancia. En caso de que dé negativo, hay que realizar también una endoscopia digestiva alta con biopsia duodenal, que permite saber el número de linfocitos existentes a ese nivel, pues es un síntoma propio de la intolerancia al gluten.
Los síntomas de la intolerancia a esta proteína pueden variar dependiendo del momento de la detección. “En el niño pequeño los síntomas gastrointestinales y la falta de crecimiento son los que nos llevan a sospechar que existe la enfermedad. En niños mayores se pueden encontrar también otro tipo de síntomas, como la dermatitis herpetiforme, la anemia ferropénica e incluso la talla baja”, indica, por su parte, el gastroenterólogo infantil de CMED, el doctor Andrés Bodas. En el adulto los síntomas más comunes son diarrea crónica, las náuseas y vómitos, debilidad generalizada, anemia, dolor de cabeza y estreñimiento, entre otros.
En el caso del diagnóstico de los pacientes sensibles al gluten, los marcadores serólogicos pueden ser negativos y la biopsia duodenal puede no indicar ningún tipo de lesión, por lo que hay que tener muy en cuenta las manifestaciones extradigestivas de la enfermedad, como pueden ser dolores de las extremidades, adormecimiento de brazos o pies y cansancio no explicable, ya que son las que nos pueden sugerir que a pesar de no existir intolerancia al gluten, sí hay sensibilidad.
Por otro lado, y una vez descartada la intolerancia también hay que descartar la alergia al gluten, ya que comparten algunos síntomas como pueden ser los vómitos, la diarrea y el dolor abdominal, signos que se presentan a los pocos minutos de la ingesta del alimento con gluten. “Para confirmar el diagnóstico de la sensibilidad al gluten hace falta realizar otro tipo de pruebas genéticas y comprobar que la retirada de los alimentos con gluten mejora los síntomas”, afirma el doctor Guerra.
FUENTE: Jano
Hay en nuestro país unos 4 millones de personas sensibles al gluten, de las cuales el 90% ignoran su condición.